Carabelas en Abril. Relatos inevitables | JUAN CARLOS RAFFO

JUAN CARLOS RAFFO
Carabelas en Abril. Relatos inevitables
EDICIONES DE LA PLAZA

Juan Carlos: terminé de leer la primera versión de tus cuentos. La verdad es que me sorprendieron y me gustaron mucho. Algunos de ellos tributan a la anécdota en que están basados, otros son literatura en estado puro. Sobre un par de ellos tendrás que volver, ya que parecen el inicio de una novela. "Charo" se lo merece, sin ir más lejos. Te agradezco el hecho de haberlos compartido y te envío algunas mínimas correcciones y sugerencias. Reitero que me encantaron y me dio un poco de envidia tu capacidad narrativa. Pero eso mejor lo hablamos personalmente. Abrazo y felicitaciones, de verdad. Gustavo Gustavo Escanlar (3 de agosto de 2010) -- Desde que lo leí por primera vez, en "En búsqueda de Sherlock", los relatos de Juan Carlos Raffo me interesaron holgadamente. Es un observador inteligente de la realidad y transmite su mirada con humor y, muchas veces, con sarcasmo. Algunos de los relatos que integran este volumen, tienen aquel estilo, pero con una vida transitada que le ha permitido darse cuenta de que la realidad y la ficción son caminos que se cruzan con bastante más frecuencia que lo que uno puede suponer. En este libro el lector tendrá la posibilidad de encontrarse con los rasgos más típicos que nos definen como uruguayos, para bien o para mal. Como frente a un espejo. Jaime Clara -- Tal vez usted crea que conoce al autor. No hasta que lea esto. De su escritura brota humanidad, experiencia de vida, la imprescindible visión de un mundo entero y sus contradicciones, una manera irónica y también cariñosa de mirar la vida. Y una buena pluma, claro, capaz de la variedad de tonos y matices imprescindibles para dar con sencillez la complejidad. En verdad sospecho que él tampoco se conoce bien a sí mismo, y que estas teclas que piensan le descubren verdades. Y así como en los sueños todos los personajes son uno mismo, los de sus cuentos llevan la carga de revelarnos aspectos de un Raffo muy querible, por cierto. Andrés Alsina