Desde el otro lado del mar. Los regresos del emigrante | MANUEL LOSA ROCHA

MANUEL LOSA ROCHA
Desde el otro lado del mar. Los regresos del emigrante
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Un día, de pronto dejamos para siempre nuestro lugar, la casa, la calle, el pueblo, los amigos... nuestro edén. Cuando eso ocurre, de un momento para otro nos encontramos envueltos en la incertidumbre y la sorpresa nos va empujando... ¿hacia dónde? La congoja nos embarga, entonces nuestro cerebro entra en acción activando mecanismos de protección, en consecuencia se va produciendo una especie de vacío. La mente comienza a vagar hacia otros rumbos y, sin percatarnos de ello, nos vamos transformando. Con el transcurrir del tiempo y el andar por otros caminos, comenzamos a comprender el significado de lo que fue ese tiempo, de esas vivencias; en un momento determinado sentimos la imperiosa necesidad de volver a ese recuerdo, a aquel tiempo y comprobamos que sí se puede volver, una y otra vez, pero no para quedarse, entonces nuestro corazón vuelve a vibrar de emoción, confundido entre el ayer bruscamente interrumpido y el hoy indefinido e inconcluso. Quizás la mente se libere demasiado y empujada por los sentimientos comience a : buscar con ansia cosas del pasado. Si le damos libre albedrío, habrá que estar preparado porque, así como ocurre con la meditación, si profundizamos demasiado, quizás las casualidades comienzan a converger y entonces... ¡lo inesperado puede llegar a suceder!