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La escoba de la bruja. Ramos generales | MARIO ARREGUI

La escoba de la bruja. Ramos generales | MARIO ARREGUI

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MARIO ARREGUI
La escoba de la bruja. Ramos generales
IRRUPCIONES GRUPO EDITOR

Páginas: 164
Precio: 320.0
ISBN: 978-9974-8248-9-8

"Mulata vieja viuda de varios maridos y madre de hijos pardos y bayos, violada apenas púber en una tapera que olía a comadreja por un comisario y siete milicos, sobreviviente de la viruela negra y reidora a veces con la risa relampagueante y corpórea de su abuela africana, garroteada una noche hasta el borde de la muerte por un mulato más oscuro que ella al que el vino carlón ponía en trance de furia homicida, presente una tarde en una yerra en que hombres borrachos castraron primero y marcaron luego con los hierros al rojo a un tapecito huérfano, presente otra tarde en un bullicioso velorio de angelito en que el padre de la niñita muerta castigó a rebencazos a la madre por el delito de llorar, odiadora instintiva de los uniformes policiales y siempre del lado de los matreros y los contrabandistas, amancebada una vez por pocos días con un irlandés huesudo cuya barba color fuego prácticamente la encandiló, maestra en alivianar el hojaldre de los pasteles y comadrona obligada en más de una ocasión, testigo de mil atropellos y ladronerías de los estancieros y de mil rapacerías de los pulperos, testigo y con frecuencia también víctima de ese satanismo al menudeo de los viejos, esas crueldades y avaricias chiquitas que tal vez sean como virutas del miedo a la muerte con fecha próxima... mulata vieja que había visto hombres partidos como astillas de leña por los rayos, y hombres ahogados que los amigos rastreaban y sacaban del agua con horquillas de bañar ovejas, que había visto niños acogotados por la difteria y mujeres muriendo con el hijo muerto atracado en los ilíacos, y gurises que estrenaban y ejercitaban el sadismo pinchando con leznas los ojos de lagartos y gatos molidos a palos pero todavía vivos, y antiguos troperos de hacienda chúcara y domadores de caballos durando a mate y galleta en los ranchos más miserables de los rancheríos, y parturientas que se desangraban hasta el final mientras el recién nacido lloraba de hambre, y a Demetrio Alfaro bueno entre los buenos, el pobre con el espinazo quebrado por la boleada de un bagual que parecía mansejón... criolla veterana de madrugadas donde hombres con sueño y que no se atrevían a matar de noche esperaban las primeras luces para degollar o fusilar prisioneros"

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