Un drama perturbador, compasivo y amargo a la vez, que se interna por caminos sinuosos, polémicos, existencialmente dolorosos: los enigmas de la psiquis, los misterios del amor y sus miedos y caídas.
Una catedral narrativa de poesía y desasosiego. Personajes que habitan los territorios de la literatura, una colonia psiquiátrica donde una mirada minuciosa se detiene a la sombra de un ligustro bajo el cual una interna de memoria borgeana responde pintando y emitiendo turbamultas de versos, la eterna ciudad de Roma, el viaje interminable del ser humano hacia las profundidades de sí mismo, el vagar por la superficie alcohólica del paseo turístico, huir de un rincón confinado de Uruguay hacia las raíces de la historia y la filosofía.
En las fronteras brumosas entre la cordura y la locura, tan rimando, el barroco del lenguaje riega por goteo la duda, las peripecias son las evoluciones del pensamiento y el parsimonioso no por ello menos sorprendente-ritmo de la trama que parte de la superficie de un paseo aparente hacia las catacumbas más perturbadoras de la conciencia de personajes que beben, se desafían, se encaprichan, gozan, sufren, renacen o se hunden en sus propias ciénagas.
