Relato impar | J. Manuel García Rey

J. Manuel García Rey
Relato impar
Estuario

¿Quién es este Maestro cuya obsesión es derrocar al gobierno despótico de La Isla? La historia es inverosímil, ambigua, y su materia está supeditada a mudanzas irracionales; los virajes en el tiempo enfrentan a su protagonista con sus reflejos y sus reflexiones, y rompen las mínimas certezas. ¿Un disparate o un juego? La revolución se fragua y se realiza, se alcanza y se frustra. Una realidad caótica lo rodea, mientras el héroe busca la verdad y la gloria: la realidad no siempre está a su altura, él no está siempre a la altura de la realidad. Martín Gambetta, el Maestro, puede ser un caudillo justiciero o un arrogante chiflado. Abundan las referencias históricas y la topografía es reconocible, pero los hechos y los personajes se reflejan en espejos deformantes. En la realidad cambiante de La Isla hay hologramas y clonaciones, pero también trabucos y tacuaras, y un ser maligno que puede ser un alter ego o una máquina sofisticada. En medio, la acción revolucionaria hay un amor imposible, un cobarde redimido, un poeta épico y un niño perdido. El narrador es uno, pero la realidad es múltiple y cambiante, y es que cuando Mandrake abre la puerta del túnel del tiempo la acción se rinde al laberinto y al caos.