ROSARIO CARDOSO ARRIGONI Tiren al blanco. La otra historia Riet
Fin De Siglo
Precio: 380.0 ISBN: 9789974498334
¿Heredero de Wilson? ¿Un transgresor incoherente? ¿Un hombre que anuncia nuevos tiempos en la era pos lemas?
La verdad es que un actor político tan discutido como él merecía ser escuchado atentamente.
Sus orígenes, su visión política, sus administraciones con planteos revolucionarios, sus enfrentamientos, su prisión, su participación en el quehacer latinoamericano revelan un Irineu Riet auténtico: vehemente, provocador, con un pensamiento propio.
Una prolongada e intensa entrevista, a la que se agregan declaraciones en la prensa y testimonios de allegados, nos muestra esta etapa en la reflexión de un hombre que asume su pasado para hacerlo experiencia renovada y lucha por un Uruguay y una América «de venas abiertas», pero dueña de su sangre y su derrame.
Cumplo con estas líneas como si fueran barrotes de una jaula o prisión donde aguantar a alguien que no quiere conocer de encierros. Pero al fin, hay otros derechos: los de aquellos que bien creemos conocerlo y estamos muy seguros de apreciarlo. Mas de alguna manera, debemos inmovilizarlo un poco y por poco a fin de mirarlo con detención y retenerlo un rato en el tiempo. Ese tiempo que Irineu sabe apresurar con un galopillo pícaro, más ligero que el común andar de los otros. Legítimo intento aunque solo sea pura ilusión.
Conocí a Irineu de mientras y en un montón. Leí sobre él reunido en El Cordobés, allá por 1991, con una «pandilla» de sus iguales intendentes reivindicando fueros departamentales olvidados. Escribí sobre ello y ellos. El grupo de El Cordobés se disolvió. Irineu sigue él mismo. Parecería encabezar el en carne y hueso aquella legión frustrada que debe, de alguna manera, completar su misión.
Irineu el fronterizo que lo es por motivos genéticos, culturales y habitacionales no ha perdido la pista. Fronterizo también en su montura política, nos representa a todos los uruguayos del diálogo. Así lo veo tras las líneas barrotes que en estas páginas pretenden retenerlo.
Pablo Otero Visca
